La prevención, una completa formación y unas condiciones de trabajo adecuadas son indispensables para evitar los riesgos eléctricos.
Con la imparable proliferación de vehículos
híbridos y eléctricos en las carreteras se está produciendo un consecuente
cambio en el método de trabajo así como una evolución en los conocimientos de
los profesionales, cada vez más conscientes de que su labor con este tipo de
automóvil HV, con sistemas de alta tensión, es peligroso y exige una alta
cualificación.
Según la guía elaborada por la Oficina
Alemana de Protección contra los Accidentes Laborales, los profesionales de la mecánica se
preocupan, entre otros aspectos, por cuestiones relativas al manejo seguro de
estos equipos que, a diferencia de los tradicionales, suman componentes que se
accionan con tensiones continuas superiores a los 60V, o alternas de más de
25V. Esto implica manipular una gran potencia eléctrica (las redes de alta
tensión en los vehículos híbridos funcionan con tensiones continuas de hasta
650 V).
Manipulación inadecuada
Conociendo estos datos se puede prever cómo
nos afectaría el contacto con sistemas de alta tensión. Para empezar, una
descarga o un uso inadecuado y sin seguridad
de componentes de sistemas bajo tensión permitiría el paso de flujo de
corriente al cuerpo humano y provocaría lesiones de distinta índole. Nuestro
cuerpo funciona mediante estímulos eléctricos que se propagan por todo el
organismo a través del sistema nervioso de la misma forma que la corriente se
conduce por un circuito eléctrico. Dependiendo del tiempo que nos atravesase,
con un fluido continuo a partir de 30 miliamperios (mA) pueden aparecer
distorsiones del impulso cardíaco. Si las corrientes son más altas habría serias
quemaduras internas y posibles fibrilaciones ventriculares, pero si se
produjese un cortocircuito entre ambos polos del sistema de alta tensión podría
formarse un arco voltaico que daría lugar a graves quemaduras externas y daños
en la retina por deslumbramiento.
Tipos de sistemas híbridos
En la actualidad, en el mercado se encuentran
tres tipos de vehículos híbridos: los que integran sistemas microhíbridos, los
semihíbridos (Mild Hybrid) y los híbridos puros (Full Hybrid), que se diferencian entre sí por su modo de construcción, el ahorro de
combustible y la reducción de CO2. Los microhíbridos son vehículos
convencionales con sistemas adicionales de ahorro de energía, mientras que los
híbridos semi y puro cuentan con sistemas de alta tensión que los hacen
peligrosos de manipular. Y es que, en ellos, parte de la energía de frenado es
transformada en corriente eléctrica (la llamada frenada regenerativa) por medio
de generadores y es almacenada en una batería de alta tensión.
Tanto los vehículos eléctricos como los
híbridos vienen equipados de serie con sus propios sistemas de seguridad. Esto
significa que, con la desconexión del encendido o de la propia batería de la
red, el sistema de alta tensión también se verá desconectado automáticamente.
La alta tensión del vehículo se conecta o desconecta a través de un relé
principal, activado por el borne 15 de la red. Esta característica resulta
fundamental a la hora de proteger al personal de servicios de primeros
auxilios, como los bomberos, en caso de accidente de tráfico, contra un defecto
en el aislamiento de algún componente o del cableado. Este sistema funciona a
través de la unidad de control, que reconoce variaciones de resistencias dentro
de la misma. Aun así, el circuito de la batería permanece bajo de tensión. El
interruptor de servicio, ubicado en mitad del circuito de la batería de alta
tensión, la reduce a la mitad, con lo que también disminuye su peligrosidad,
por ejemplo, de 100V a 50V.
Condiciones
de trabajo
Los encargados del
mantenimiento en vehículos híbridos deben seguir unas pautas de seguridad muy
rigurosas. Dada la peligrosidad de la manipulación, el profesional jamás deberá
pasar por alto las tres reglas de oro en seguridad, que exigen, en primer
lugar, desconectar y liberar el sistema de tensión para, seguidamente,
asegurarlo contra una posible reconexión, aunque sea involuntaria. A
continuación, es imprescindible comprobar que el sistema se encuentra realmente
sin tensión, aunque haya seguido fielmente estos pasos, antes de plantearse siquiera
manipular cualquier desperfecto detectado. No olvide que todo contacto debe
realizarse siempre con guantes de electricista para sistemas de alto voltaje y
que, tras la desconexión, deberá esperar un intervalo de tiempo (dependiendo
del fabricante, de entre 5 y 10 minutos), hasta que los condensadores se hayan
descargado totalmente.
Cualificación
específica
Los trabajos con
componentes de alta tensión están prohibidos para los operarios tradicionales.
Los mecánicos capacitados para ello necesitan una cualificación adicional que
incluye formación, tanto teórica como práctica, en sistemas de alta tensión en
vehículos, con el correspondiente certificado que acredite los conocimientos
adquiridos. La formación habilita al profesional para valorar los riesgos
eléctricos de los sistemas de alta tensión y aplicar las medidas de protección
necesarias. Sólo así es posible crear las condiciones de seguridad eficaces
contra los riesgos eléctricos durante el tiempo que dure la reparación. También
deben familiarizarse con las identificaciones de los componentes de alta
tensión y saber manejarse con seguridad en estos vehículos.
Responsables
La norma de
actuación es la misma en la reparación de vehículos convencionales que en la de
sistemas de alta tensión de los autos híbridos o eléctricos. El empresario, o
en quien él delegue este encargo, tiene la responsabilidad de garantizar la
seguridad en el trabajo. Las tareas se organizarán de manera que sean
eliminados o minimizados al máximo los riesgos para la vida y la salud. Las
personas responsables deben garantizar que en los vehículos híbridos o
eléctricos sólo trabaja el personal especialmente cualificado.