Mejora el rendimiento, facilita la inspección de daños,
reduce costes, previene accidentes y minimiza los riesgos para la salud.
Existen numerosos factores
que el profesional debe tener en cuenta a la hora de ponerse manos a la obra en
el taller. Los productos que se están procesando, el espacio físico con el que
cuenta y su distribución, así como la iluminación, son algunos de los más
destacados. Este último, la luz, es un agente circunstancial que cobra gran
relevancia porque, además de ser un condicionante para facilitar o dificultar
la tarea del profesional (sin duda, es más fácil trabajar en un entorno bien
iluminado), por otro lado también ayuda a valorar correctamente el daño que ha
sufrido un vehículo y el tiempo estimado de trabajo que será necesario invertir
en su reparación. Eso sin contar, además, con que puede prevenir accidentes y
riesgos para la salud.
Lo aconsejable es que
la luz proceda de una fuente sin fluctuaciones y que no deslumbre, para evitar
reflejos. En ese sentido, los sistemas de iluminación profesionales son una
verdadera ventaja para los actuales talleres de chapa y pintura.
La calidad de la luz se
puede mejorar con unas medidas relativamente sencillas, como usar lámparas
fluorescentes con reflectores. No obstante, como muchas otras cosas, los
sistemas de iluminación también se deterioran y se les ha de hacer un
mantenimiento periódico. Aunque normalmente no se advierte de forma inmediata,
la iluminación va disminuyendo debido al desgaste natural, la contaminación o
simplemente porque las lámparas se estropean. Para prevenir la pérdida de
potencia, las lámparas fluorescentes deberían sustituirse después de unas
10.000 horas de funcionamiento, lo que equivale, aproximadamente, a de entre
cinco a diez años. Cuando se usan lámparas portátiles, deberán ser de buena
calidad y se deben revisar periódicamente, ya que también ayudan a determinar
el color exacto y la calidad global de la reparación.
Asimismo, hay que tener
en cuenta el color de la luz, que tiene un impacto directo en los empleados y
en su trabajo, ya que la percepción del color cambia dependiendo del contenido
blanco, rojo o azul de la luz disponible.
Coste y rentabilidad
La cuestión del coste, tan
importante para cualquier gerente de taller, es difícil de calcular. Realizar
un recuento detallado de la rentabilidad resulta una tarea casi imposible, ya
que los errores, repeticiones del trabajo, accidentes y/o problemas de salud
ocasionados por una iluminación deficiente no se pueden cuantificar de forma
precisa. Por eso, los puestos de trabajo bien equipados están diseñados para
garantizar la seguridad y ayudar a proteger la salud de los empleados y el
rendimiento del taller.
La rentabilidad que
ocasiona disponer de una buena instalación está probada. Además, el sector de
la iluminación está evolucionando y han surgido ya innovaciones que aumentan la
eficiencia de estos sistemas, por lo que hoy su funcionamiento es mucho más
económico que hace unos años. Ejemplos de ello son los balastos electrónicos de
nueva generación, los diseños de lámparas modificadas y las de mayor eficiencia
energética con tecnología LED.
Iluminación LED
Estas
luminarias con diodos que emiten luz cuando la corriente pasa a través de los
semiconductores pueden tener una vida útil de más de 50.000 horas conservando
más del 70 por ciento del flujo lumínico original, aunque para ello es
imprescindible un correcto estudio y diseño de la disipación del calor
producido por el diodo dentro de la luminaria.
La
calidad de la luz se puede mejorar con unas medidas relativamente sencillas,
como usar lámparas fluorescentes con reflectores. No obstante, los sistemas de
iluminación también se deterioran y requieren un mantenimiento.
Las
ventajas de trabajar con esta tecnología son muchas. Para empezar, tiene una
alta eficiencia energética y no se funde, sino que sufre una degradación del
flujo luminoso (se considera que su vida útil termina en el momento en que se
reduce su luminosidad más de un 70 por ciento de su valor inicial). Además,
esta luz directa ofrece tonalidades de color (uniformidad del bin) que incluyen
el blanco, disponible con temperaturas de color que van desde 2,100K hasta 8,000K.
Entre
sus ventajas destaca que dura mucho más que las fuentes de luz convencionales,
por lo que no es necesario invertir en repuestos constantemente y se eliminan
costes de mantenimiento periódicos al mismo tiempo que mejora la rentabilidad
de la instalación. Tiene un encendido más rápido comparado con fuentes de luz
convencionales y su vida no se reduce por las repetidas acciones de encendido y
apagado. Un ejemplo son las luces de frenos de los automóviles, donde se
utiliza esta tecnología porque es muy rápida y no necesita esperar a que pase
la corriente por el balastro y se encienda. Dependerá también de si los equipos
son de calidad el LED para que no tarden en encender. Además, su facilidad para
ser completamente regulable permite reducir, asimismo, el consumo energético.
Trabajar sin riesgos
Los LEDs
utilizados para la iluminación solamente emiten flujo en el espectro visible de
la luz que el ojo humano es capaz de percibir, lo que los convierte en una
buena opción para un elevado número de aplicaciones. De hecho, los LEDs no
emiten luz ultravioleta, con lo que se evita el calor de los infrarrojos y el
desgaste de los materiales en expositor.
Otro
factor importante es que la iluminación más comúnmente utilizada es la de
fluorescencia. Este tipo de luz puede producir ciertos daños irreparables en
los ojos de las personas que pasen mucho tiempo bajo su influencia, debido a
que producen un parpadeo imperceptible para el ojo humano. Este movimiento
puede provocar, al cabo del tiempo, vista cansada al profesional que la ha
estado empleando durante un periodo de tiempo elevado.
Recomendaciones
Las
luminarias LED son una tecnología en desarrollo con un largo futuro de
investigación y un precio alto, que seguirá siéndolo, según mantienen los
expertos, en tanto no madure.
Su
irrupción en el mercado ha creado muchas expectativas a las que han respondido
un gran grupo de fabricantes y comercializadores de estos productos, impulsados
por la receptividad mostrada por los clientes potenciales ante la idea de un
ahorro importante en el consumo energético. Por eso es importante hacer una
serie de matizaciones sobre esta técnica y su estado de madurez para evitar
sentirse estafado.
Actualmente,
existen en el mercado muchas marcas que hablan de unas 50.000 horas de duración,
pero si se lee con detenimiento la garantía del fabricante, ésta dirá que la
misma es de dos años y, en algunos casos, de incluso tres. También debe tenerse
en cuenta que el gran enemigo de la duración del LED es la temperatura, pues se
calientan al dejar pasar la corriente a través de ellos, con el agravante de
que la temperatura degrada las prestaciones de los mismos y, por consiguiente,
su durabilidad total; y las fuentes de alimentación, que han de ser de calidad
y estar bien ventiladas, preferiblemente
fuera de la luminaria.
Los Datos:
Iluminación del vehículo
El vehículo debe estar iluminado de forma uniforme por todos
los lados, evitando las sombras duras. Además, las propiedades de la luminaria
deben ser lo más parecidas posibles a las de la luz de día natural, para que se
pueda reproducir el color de la pieza original con exactitud y de forma fiel e
igualada. La temperatura del color debe situarse entre 5.300 y 6.500 Kelvin,
con una composición espectral igual que la luz solar. Los talleres normalmente
utilizan lámparas fluorescentes de color 965 (blanco luz diurna).
Ventajas de la iluminación con LEDs
-Necesita menos mantenimiento frente a las fuentes de luz
convencionales.
-Cuenta con una extensa gama de colores por naturaleza.
-Su encendido es instantáneo y aporta hasta 200 lúmenes por
Watio.
-Tiene una gran resistencia a las continuas vibraciones.
-Es totalmente direccional, por lo que no existen pérdidas
lumínicas por reflexión.
-Es ecológico: Tiene un potencial de ahorro energético de
hasta un 90 por ciento (análogo al ahorro de CO²), está libre de
plomo y mercurio y es casi completamente reciclable.
-Vida útil entre 50.000 y 100.000 horas. (Los fluorescentes
tienen una duración aproximada de 6000-8000 horas y su rendimiento desciende con el uso).
-Mayor seguridad porque tiene menos averías.
-Amortización de la inversión pasado un año aproximadamente.
-Alto rendimiento sin emisión de luz ultravioleta e
infrarroja.
-Manipulable la salida de
luz a través sistemas ópticos con una mejora del rendimiento luminoso entre
30-90 por ciento.
FOTO: Standox.