■ Soluciones ante posibles reparaciones ineficaces del turbocompresor






La gran mayoría de las reclamaciones que reciben los talleres después de realizar la reparación de un sistema de turboalimentación están causadas por fallos en su periferia o por un montaje inadecuado del nuevo turbo (sólo un 0,0025% de las unidades instaladas han vuelto a fallar por un defecto propio), según los profesionales del sector. Estas incorrecciones en el trabajo se producen, a su vez, por no haber prestado la debida atención a las instrucciones de los fabricantes, por realizar escasas o nulas comprobaciones y por no tomar las precauciones esenciales en el proceso. No obstante, las taras en el contorno u otras partes del motor son también otros causantes de los problemas en caso de averías prematuras en turbos montados en los vehículos. Cuando se detecta en éstos una imperfección externa, casi siempre se puede contar con que el componente fallará pronto, en ocasiones incluso inmediatamente después del acoplamiento. Por eso, un problema con el turbocompresor siempre debe ser investigado a fondo. No basta con la sustitución de la pieza. La reparación reiterada de un mismo elemento es difícil de explicar a los clientes de los talleres, así que es necesario seguir unas pautas y procedimientos.

La tubería de engrase
El reemplazo de la tubería de engrase del turbo es una norma que todavía no se ha establecido en todos los talleres. En cierta medida, esto se debe a que algunos proveedores ya la suministran directamente con el equipo de sustitución. No obstante, otros recomiendan su limpieza, un acto poco efectivo y realista debido a su diminuto diámetro y sus zonas curvas. Por mucho que se laven estas tuberías, acaban obstruyéndose y permitiendo el paso de un caudal reducido, lo que implica la muerte segura del turbo recién montado. Por otra parte, la relación entre el tiempo empleado en la limpieza y el coste de la misma, a veces tampoco justifica no cambiar este conducto. En general, los turbocompresores son muy sensibles a los problemas de su entorno. Por lo tanto, al menos debe limpiarse la tubería de retorno del aceite.

Turbos con VTG
Los turbos con VTG (Geometría de turbina Variable) a veces sufren bloqueos en sus alabes móviles que, a medida que se ensucian, van frenándose hasta paralizarse. Este factor causa que la presión de la sobrealimentación sobrepase su valor máximo y acabe limitando la potencia del motor, reduciendo la inyección o el encendido (motores de gasolina) para protegerlo de daños.
El origen de este problema es, muy probablemente, ajeno al turbo. Puede estar relacionado con la ventilación del cárter, el separador de aceite en la tapa de las válvulas o una avería mecánica en el motor que deja pasar aceite gaseoso al turbo con la consecuente acumulación de carbonilla (el lubricante se quema en la turbina del turbo por las altas temperaturas). Aunque igualmente puede tener su raíz en una válvula de recirculación de los gases de escape (AGR) que no cierre bien, o un tuneado en el motor que asigne una cantidad de combustible mayor a la programada originalmente. Por ello es necesario medir la presión en el bloque del motor.

Exceso de revoluciones
Cuando el turbo sobrepasa sus revoluciones máximas por minuto (de unas 200.000 rpm hasta 280.000 rpm), el compresor se expande influido por las altas temperaturas y entra en contacto con la carcasa, lo que puede ocasionar la rotura del eje y la turbina. La dilatación se detecta en la parte trasera de la turbina porque en ella se forma la llamada “piel de naranja”, una señal que persiste en el material cuando este vuelve a su estado original.
También una manguera mal montada entre el turbo y el Intercooler (enfriador de aire expulsado) aumenta las revoluciones unas 20.000 vueltas por minuto porque detecta una falta de (contra-) presión y cierra los alabes.
Mientras un juego vertical del eje del turbo es normal, un juego axial es producto de la rotura del cojinete de deslizamiento por la existencia de partículas de suciedad que pueden haber entrado con el aceite. Sobrepasar las revoluciones causa un vacío extremo delante de la turbina que desgasta los cojinetes y la arandela de empuje.
Del mismo modo, escapes, catalizadores, filtros de partículas obstruidos y cierto tipo de silenciadores deportivos son otros factores que varían la contrapresión del turbocompresor y pueden causar su ruptura. El desgaste del motor, estanqueidades entre éste y el turbo, problemas en la ventilación del cárter, superar el nivel máximo de llenado de aceite y tener la tubería de retorno estrangulada hacen que el lubricante pase del turbo al circuito de admisión de aire e Intercooler, lo que puede producir que se autoalimente con este “combustible” y sobrepase sus revoluciones máximas.

Cuerpos extraños
Otra causa común de roturas de turbos son los daños en el compresor por la entrada de cuerpos extraños. El deterioro de la tuerca que une el compresor y la turbina con el eje del turbo, no suele ser un fallo de fabricación. Se debe al bloqueo del compresor por la entrada de elementos o por falta de lubricación, lo que también obstruye el eje mientras éste sigue girando debido a la inercia de masas y acaba desenroscando la tuerca.
Los daños en el lado de los gases de escape, donde se encuentra la turbina, son consecuencia directa de problemas en partes del motor como los precalentadores, válvulas y pistones que se buscan su salida después de su rotura por el lado de escape, pasando por el turbocompresor. Pero no siempre son la causa. Algunos fabricantes de motores aconsejan la inspección de piezas como el colector de escape antes del montaje de un turbo nuevo.


EL DATO:
Puntos clave para un correcto funcionamiento:
- Seguir las especificaciones de los aceites utilizados por los fabricantes de los vehículos.
- Respetar los intervalos de cambio de dichos aceites.
- Revisar con frecuencia los sistemas del aire de admisión y de lubricación (filtros).

EL PROFESIONAL RESPONDE:
Cuando se cambie un turbocompresor, los expertos de Motormática recomiendan a los profesionales la sustitución de los compresores VTG por otros de última generación y no por unidades de series ya anticuadas. También aconsejan encarecidamente descartar la idea de montar copias conseguidas a precios de ganga o turbos reparados de manera barata o no profesional.
Asimismo, insisten en la importancia de seguir las indicaciones de montaje de los fabricantes. Las pautas redactadas por los productores de equipos son específicas para lograr un mantenimiento y funcionamiento óptimo de sus productos. Ellos son los mayores expertos sobre las necesidades concretas y especiales de sus artículos y no escriben esos procedimientos por el mero hecho de gastar papel y tiempo.

FOTO: Porche.