■ El fraude en el kilometraje de vehículos usados


Los coches manipulados, cuyo rodaje real suele superar en decenas de miles de kilómetros los reflejados en el cuadro de instrumentos, pueden ocultar graves deficiencias.





La manipulación de los cuentakilómetros es una artimaña bien conocida llevada a cabo para aumentar el valor de un vehículo de segunda mano o maquillar el exceso de kilómetros recorridos por un automóvil, por ejemplo en los casos de leasing o renting. Esta mala práctica, ilegal y perjudicial tanto para el comprador de un auto usado como para los centros de compra-venta, se realizaba antes con la ayuda de un simple destornillador o un taladro. Actualmente, no obstante, rejuvenecer un vehículo implica el uso de equipos más sofisticados aplicados a un conector OBD. Además, “el equipamiento necesario para la falsificación de los kilómetros se consigue por menos de 200 euros y su utilización es muy sencilla. Basta con conectar el dispositivo al coche, teclear los kilómetros deseados y listo”, según comentó Markus Sippl, responsable técnico de automoción del Club Automovilístico Alemán (ADAC), a la publicación especializada Krafthand. Por otra parte, se utilizan máquinas y programas actuales que no dejan huellas de la operación en otras unidades de control.

Problemas ocultos
Externamente no siempre se puede apreciar la verdadera edad de un auto. Y es que, en muchas ocasiones, se les hace un lavado de cara antes de su venta y se sustituyen ciertas piezas desgastadas, como el volante o el pomo de la caja de cambios, por unos en mejor estado comprados en plataformas de internet que dan un aspecto renovado al vehículo. No obstante, esa fachada puede ocultar diferencias notables entre los kilómetros reales y los manifestados en el cuadro de instrumentos. Además, y lo que es peor, esa variación numérica no es la única consecuencia de esta práctica, ni la más perjudicial. El gran inconveniente son los problemas encubiertos que se derivan de ocultar la verdadera edad y desgaste del vehículo: lubricantes pasados de sus límites de caducidad, mantenimientos fuera de su fecha de revisión, la rotura de las correas de distribución y un estado técnico del automóvil con sus consecuentes averías que no corresponde en absoluto con el esperado.

Protección deficiente
Un estudio llevado a cabo por el equipo de investigadores del Departamento de Multimedia y Seguridad de la Universidad de Magdeburgo (Alemania), en el que se experimentó con la electrónica de un Audi Q7, un Mercedes Clase E y un Volkswagen Passat, ha llegado a la conclusión de que la protección contra la manipulación de la electrónica en dichos vehículos es deficiente. Una de las principales razones es que, aunque ya están implantadas desde hace tiempo tecnologías avanzadas como el Hardware Security Module (HSM o módulo de Seguridad Hardware) en las unidades de control, los fabricantes no las activan. Esta circunstancia se repite, ciertamente, entre muchas o casi todas las firmas de automóviles. Por esa razón, y naturalmente sin la intención de abrir camino a los estafadores, los fabricantes “facilitan” la realización de esta artimaña. Y es que desprotegen estos sistemas electrónicos contra la manipulación para mantener abierta la posibilidad de tocar los cuentakilómetros antes de que el vehículo sea entregado al concesionario en caso de realizar algún recorrido de prueba más extenso de lo esperado. De esta manera evitan que el coche tenga ya 40 ó 50 kilómetros en el momento de su venta (cosa que ocurre en pocas ocasiones y se prefiere no tener que dar explicaciones a los clientes).

Primeras respuestas
Como consecuencia, y ante la imposibilidad de encontrar diferencias superficiales entre un auto manipulado de otro que no lo ha sido, las soluciones que se están aplicando, o se quieren imponer, incluyen la anotación de los kilómetros del vehículo en las estaciones de la Inspección Tércnica de Vehículos (ITV) cuando éste pase su inspección periódica. De este modo, quedará documentada la cuantía de los mismos. Además, se espera que en el futuro se complique o imposibilite aún más la manipulación de los cuadros de instrumentos.

FOTO: Adac.