Retrospectiva del innovador turismo francés precursor del sedán de
cinco puertas.
Se cumplen 50 años de la presentación del Renault 16, cuyo práctico
portón trasero cautivaría a los compradores. Su filosofía ha sido seguida por
los modelos de la marca francesa hasta llegar a tiempos más recientes, aunque
algunos modelos quizás pasaron con más pena que gloria por los concesionarios,
como el Renault Vel Satis.
Orígenes
Renault comenzó a trabajar en este coche a mediados de los cincuenta,
en el momento en que se lanzó la actualización de su predecesor, el Frégate.
Por aquel entonces la firma perseguía la posibilidad de lanzar una berlina de
representación, con un motor de seis cilindros. Incluso se llegaría a producir
un prototipo descapotable, pero pronto se encontrarían con que la idea no era
viable y el proyecto se descartó.
Si por algo se enorgullecía, era por la versatilidad y la
habitabilidad que ofrecía este coche frente a su competencia en la época.
Gozaba de portón trasero, de respaldos abatibles en la banqueta trasera y de
una organización del espacio a bordo que le valdría el premio como Coche del
Año en Europa en 1970. Los asientos podían colocarse en seis posiciones
diferentes, e incluso desmontarse de manera sencilla. Además, llegó a contar
con un cambio automático de tres velocidades. Innovador en tanto que ya contaba
con un sistema electrónico capaz de decidir la marcha más apropiada para
mejorar su eficiencia en base a las revoluciones del motor y la presión que aplicase
el conductor sobre el acelerador.
Un modelo global
El Renault 16 se comercializaría eminentemente en Europa, pero también
llegó a desembarcar en Sudáfrica, Australia, Estados Unidos y Canadá, llegando
a vender más de 1,8 millones de unidades en todo el mundo.
A finales de los años sesenta, ya contaba con versiones que podían
equipar cierre centralizado y elevalunas eléctricos. Otra de las curiosidades
del Renault 16 era que su rueda trasera derecha estuviera un poco más
adelantada que la izquierda para acomodar una barra de torsión. En su época,
era considerado un coche realmente cómodo, con un recorrido de suspensiones muy
extenso para superar los baches. También contaba con otra peculiaridad para los
coches europeos de la época, con una caja de cambios pilotada mediante una
palanca en el volante.
Las reminiscencias del Renault 16 llegaron prácticamente hasta
nuestros días, y no solo por el Vel Satis. El antiguo diseñador de Renault,
Patrick le Quément, el predecesor de Laurens van den Acker, se consideraba un
amante del Renault 16. Tanto es así que el diseño del frontal de las primeras
generaciones de Mégane, Laguna y Scénic recibieron una parrilla frontal con un
diseño en forma de pico de ave en recuerdo de aquella parrilla del Renault 16.
El dato
La leyenda dice que Stirling Moss, el famoso piloto de automovilismo
de velocidad, se sorprendió de cómo Renault había conseguido crear un coche tan
práctico, con un diseño y una concepción a bordo realmente inteligente. Tanto
que hay quien asegura que recomendó a los fabricantes británicos comprar unos
cuantos Renault 16 para que, empleando la ingeniería inversa, aprendiesen a
diseñar coches más prácticos.