■ Reforma de la Formación Profesional para el Empleo


Análisis de la reforma introducida por el Real Decreto Ley 4/2015.

La Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción (Conepa) analiza los pros y contras que implicará para los futuros profesionales la Reforma de la Formación Profesional para el Empleo, recogida en el Real Decreto Ley 4/2015, publicado en el BOE el pasado 23 de marzo.

1º) En primer lugar, considera que, con esta reforma, en el acceso a las subvenciones pagan justos por pecadores. Son conscientes de las irregularidades que han cometido en los últimos años algunos agentes sociales (patronales, sindicatos e incluso la propia Administración), y que han llevado a los mismos en ocasiones a los tribunales, dando lugar a su vez a una fuerte campaña mediática de denuncia, nuestra federación opina que tales circunstancias han pesado demasiado en los cambios normativos. Se ha perdido la ocasión de acometer la necesaria reforma de la formación profesional para el empleo pues se ha priorizado la lucha contra el fraude frente otras consideraciones más centradas en el objetivo final de la misma: conseguir en España un sistema de formación profesional continuo moderno y eficiente.
En el texto legal, el legislador intenta evitar que se cometan nuevos desmanes y lo hace quitando protagonismo a las organizaciones empresariales y sindicales, cuando la mayor parte de ellas ha actuado en el estricto marco de la legalidad y sometidas a rigurosos controles en su tarea de facilitar cauces para la formación subvencionada a las empresas de su sector.

2º) La reforma establece que las organizaciones empresariales como Conepa y sus entidades miembro dejen de participar de manera directa en la gestión de los fondos y en la impartición de cursos subvencionados, quedando muy relegado su papel al plano teórico de la gobernanza del sistema, la planificación estratégica plurianual y el diseño de la formación, salvo que se constituyan como centros formativos, lo que, para la mayoría de las entidades, resulta inviable.
Son los representantes de empresarios y trabajadores quienes mejor conocen las necesidades formativas de sus representados y quienes están en las mejores condiciones de liderar e impartir, de manera directa cuando es posible o a través de centros de formación cuando no lo es, una formación adaptada a las mismas por las particularidades de cada subsector de actividad. De otra manera, se corre el riesgo de que ciertos colectivos profesionales queden fuera del sistema formativo puesto que las entidades/centros de formación que aspiren a conseguir subvenciones pueden no incluir ciertos programas específicos en su catálogo formativo por criterios de rentabilidad económica.
Hay que tener en cuenta el tamaño medio de las empresas del sector (menos de 3 empleados por empresa), la dispersión de los talleres de reparación y mantenimiento de vehículos por toda España, la complejidad técnica de las operaciones que atienden o la existencia de diferentes especialidades para hacerse una idea de lo que supone la planificación y realización de cursos para los profesionales del sector repartidos por toda España. Por lo que asegura que, con el nuevo sistema hay zonas del territorio donde prácticamente los talleres se quedarán sin posibilidades de formarse por falta de oferta.

3º) Tal situación se verá agravada porque la nueva norma exige a las entidades/centros de formación que realicen por adelantado un desembolso económico importante, pues sólo tras un largo período de tiempo y una vez justificado en su totalidad el plan formativo (lo que a veces ocurre un año después de la impartición del curso) se recibirá el importe total de la subvención.

4º) El hecho de que los talleres (financiadores de este sistema con los fondos que aportan ellos mismos y sus trabajadores al sistema) deban organizar y/o impartir la formación con sus propios medios o mediante contratación directa si no dispone de ellos, puede suponer una enorme complicación burocrática para las pymes y micropymes del sector. Por otra parte, no es fácil encontrar en el mercado actual oferta de ciertos contenidos formativos más que a través de entidades representativas del sector (asociaciones) o ámbito productivo (empresas proveedoras de componentes, equipos, tecnología, etc.), que, por sus características o actividad principal, no pueden o no están interesadas en asumir la inversión que supone su adaptación para cumplir los requisitos de registro/acreditación como centro o entidad de formación.
Como consecuencia de todo ello, las pymes, y sobre todo las micropymes (que componen en la práctica totalidad nuestro sector) van a tener muchas dificultades para poder asumir inversiones en formación, fundamentales para un sector en cambio constante, con lo que pueden verse abocadas al cierre.

5º) En la parte positiva de la reforma, valora la apertura al derecho individual a la formación de los trabajadores autónomos y la asignación de una cuenta personal de formación individual a todos los trabajadores, que reflejaría las acciones formativas realizadas a lo largo de la vida laboral.

Conepa y la formación continua
A pesar de que se considera que esta reforma no va a beneficiar al sector y claramente quita protagonismo a las organizaciones empresariales, Conepa y las asociaciones integradas en ella aseguran que seguirán promoviendo y organizando cursos propios, aunque no estén subvencionados por la Administración. Ya durante los últimos años y, paralelamente al descenso de subvenciones públicas para la formación, han conseguido mantener un buen nivel de acciones formativas, financiándolas directamente con sus fondos sociales o en colaboración con los propios asociados.
Las cifras son más que representativas, mientras que en 2010 las cantidades recibidas para acciones formativas a través de la Fundación Tripartita ascendieron casi a 75.000 euros, en 2014 sólo representaron 14.000 euros. Ese importante descenso en la cuantía económica de las ayudas no se ha visto afectado en la misma proporción, como lo demuestran los siguientes datos elaborados a partir de la información aportada por 10 de las 16 asociaciones de Conepa:
2011: 90 acciones formativas y 1259 alumnos beneficiados.
2012: 106 acciones formativas y 1448 alumnos.
2013: 75 acciones formativas y 1170 profesionales asistentes.
2014: 65 acciones formativas y 936 alumnos.

Foto: Audi.