Un informe de la Organización Mundial de la
Salud hecho público en 2012, en el que se incluían los humos de la combustión
de los vehículos de gasóleo entre las sustancias cancerígenas, junto con otros como
el asbesto, el arsénico y el gas mostaza, despertó la alarma. En aquel anuncio,
la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), departamento de la
OMS experto en oncología, reclasificó los gases generados por la combustión del
diésel desde el grupo 2A de probables cancerígenos al grupo 1 de sustancias que
tienen relación concreta con el cáncer. "El grupo de trabajo
(especializado) halló que la combustión del diésel es una causa de cáncer de
pulmón y también notó una asociación positiva con un mayor riesgo de cáncer de
vejiga", indicó el IARC en un comunicado.
Desde entonces, han sido varias las
instituciones que han prestado atención a esta cuestión que, incluso, propició
que la Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción (Conepa) solicitase
a las autoridades competentes la investigación del riesgo real de los operarios
que trabajan en talleres y se ofreciera, además, para colaborar en esta
iniciativa. Al año siguiente, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el
Trabajo (INSHT) llevó a cabo los trabajos preparatorios para analizar la
situación y tiene previsto el inicio de las actividades de campo en el sector
este mismo año.
No obstante, mientras se realiza el estudio
de campo que dará a conocer los riesgos reales de la exposición a los humos de
combustión diésel en aquellos lugares con fuerte presencia de vehículos (entre
ellos los talleres de reparación y mantenimiento), de lo que ya hay certeza es
de la existencia de otros agentes cancerígenos en contacto con estos
profesionales. Entre los más peligrosos destacan algunos metales como el cromo
y el níquel, presentes en pinturas y barnices, así como en trabajos que
implican soldadura y oxicorte de acero inoxidable. Por otra parte, además de
ser potencialmente cancerígenas, las partículas que expulsan los motores diesel
también son culpables de provocar que el polen, que es 27 veces más potente que
hace 20 años, afecte más a la población y, en particular a los mecánicos que
trabajan con este tipo de vehículos. Y es que, a pesar de que la cantidad de
polen que se encuentra en las ciudades es menor, su efecto se ha visto
multiplicado.
Otras enfermedades
Los profesionales de este sector se ven
afectados cada día por el ataque de agentes contaminantes químicos (gases,
vapores sólidos como el polvo y el humo de origen térmico, o líquidos), físicos
(ruidos, vibraciones, cambios térmicos o radiaciones electromagnéticas) y
biológicos que pueden afectar gravemente a su salud. Aparte del peligro de
contraer cáncer, otras enfermedades causadas por estos riesgos higiénicos y por
los ergonómicos (posturas forzadas, movimientos repentinos, etc.) ocasionan a
los trabajadores, entre otras, hipoacusia o sordera profesional debida a los
ruidos en el local, y afecciones vasculares y osteoarticulares como la
epicondilitis y epitrocleitis (codo y antebrazo), o síndrome del túnel
carpiano. Otras dolencias son de origen alérgico, de la piel y otras de
orígenes diversos producidos por sustancias como los metales (el plomo de las
baterías, por ejemplo), óxidos, disolventes, aditivos y en los adhesivos y
pinturas.
Riesgos en el trabajo por exposición
a emisiones perjudiciales
Inhalación de gases o vapores tóxicos
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Espacio
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Condiciones
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Prevención
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Los fosos
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En ellos se acumulan gases de combustión
más densos que el aire.
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Se recomienda conectar un dispositivo de
captación de los gases de escape, así como mantener el taller bien ventilado.
También es preferible no mantener los vehículos en marcha innecesariamente
durante un tiempo prolongado.
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El banco de potencia
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En el banco se generan gases y humos de
combustión.
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El medidor de gases
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En torno al medidor se concentra la
emisión de monóxido de carbono de los automóviles que están en marcha.
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Utilizar una mascarilla para evitar la
inhalación de humos y gases perjudiciales. En el caso de la soldadura, es
especialmente recomendable si se manipulan resinas fundentes en el proceso.
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Las operaciones de soldadura
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Los materiales con imprimaciones tóxicas
(galvanizados, antioxidantes de minio, cromato de plomo, etc.) pueden llegar
a los pulmones.
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Carga de baterías
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El área de trabajo en el que se cargan
baterías se enriquece con hidrógeno y oxígeno que se desprende mientras tiene
lugar el proceso.
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Proceder a la carga de baterías en zonas
ventiladas e independientes del taller.
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Circuito de aire acondicionado
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Los escapes de gas refrigerante en un
lugar cerrado se descomponen en vapores nocivos por acción de una llama.
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Se recomienda conectar un dispositivo de
captación de los gases de escape, así como mantener el taller bien ventilado.
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Aspiración de polvo
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Frenos y embragues
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Sustitución de estos componentes por el
desgaste de los ferodos.
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Utilizar una mascarilla antipolvo como
medida preventiva complementaria.
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Boquillas soplantes de aire comprimido
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Lavado y limpieza de piezas que puedan
levantar moléculas de polvo.
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No soplar con aire comprimido las piezas
mientras se lleva a cabo su lavado y limpieza.
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Materiales aislantes del automóvil
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Manipulación de materiales aislantes
incluidos en el vehículo que sean susceptibles de expulsar partículas.
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Utilizar un aspirador para evitar la
dispersión de partículas de polvo por la atmósfera del local.
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Contacto con sustancias nocivas
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Fluidos refrigerantes
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Contacto con líquidos como taladrinas o
glicoles.
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Utiliza guantes en todas las tareas que
sea posible.
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Aceites y grasas
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Tocar estos lubricantes mientras se lleva
a cabo una reparación.
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Usar cremas protectoras para evitar que
penetre de grasa.
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Detergentes
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Manipulación de detergentes en el lavado
de piezas o del vehículo.
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Evita el uso de disolventes para el
lavado de manos.
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Combustibles
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Manipulación y almacenaje de gasóleo o
gasolina.
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Tener en cuenta los datos de seguridad de
los productos químicos utilizados.
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Batería
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Salpicaduras de ácido derivadas del mal
estado de la batería.
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Echar el ácido sobre el agua y nunca al
revés mientras se manipula ácido sulfúrico.
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Circuito de aire acondicionado
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Congelación de la piel por exposición al
gas refrigerante.
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Utiliza guantes en todas las tareas que
sea posible.
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Exposición a ruidos
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Aislamiento precario
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Falta de aislamiento del origen del ruido
o mantenimiento preventivo deficiente de la maquinaria.
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Utilizar protección auditiva si el nivel
de ruido es elevado.
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Motores encendidos
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Mantener el motor del auto
innecesariamente en marcha.
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Parar los motores si no es necesario que
estén en marcha.
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Circuitos de aire comprimido, etc.
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Compresores, herramientas neumáticas y
demás equipamiento ruidoso.
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Advertir al responsable de cualquier
anomalía en máquinas o herramientas neumáticas. No quitar las carcasas
protectoras de las herramientas eléctricas portátiles.
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Ventiladores y extractores.
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Máquinas que se suman a los sonidos del
taller.
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Utilizar protección auditiva si el nivel
de ruido es elevado.
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Foto: Conepa.