■ Riesgo de cáncer por exposición a emisiones diésel en los talleres



Las partículas contaminantes de los motores diesel multiplican por 27 la potencia alergénica del polen y son potencialmente cancerígenas.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud hecho público en 2012, en el que se incluían los humos de la combustión de los vehículos de gasóleo entre las sustancias cancerígenas, junto con otros como el asbesto, el arsénico y el gas mostaza, despertó la alarma. En aquel anuncio, la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), departamento de la OMS experto en oncología, reclasificó los gases generados por la combustión del diésel desde el grupo 2A de probables cancerígenos al grupo 1 de sustancias que tienen relación concreta con el cáncer. "El grupo de trabajo (especializado) halló que la combustión del diésel es una causa de cáncer de pulmón y también notó una asociación positiva con un mayor riesgo de cáncer de vejiga", indicó el IARC en un comunicado.
Desde entonces, han sido varias las instituciones que han prestado atención a esta cuestión que, incluso, propició que la Federación Española de Empresarios Profesionales de Automoción (Conepa) solicitase a las autoridades competentes la investigación del riesgo real de los operarios que trabajan en talleres y se ofreciera, además, para colaborar en esta iniciativa. Al año siguiente, el Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) llevó a cabo los trabajos preparatorios para analizar la situación y tiene previsto el inicio de las actividades de campo en el sector este mismo año.
No obstante, mientras se realiza el estudio de campo que dará a conocer los riesgos reales de la exposición a los humos de combustión diésel en aquellos lugares con fuerte presencia de vehículos (entre ellos los talleres de reparación y mantenimiento), de lo que ya hay certeza es de la existencia de otros agentes cancerígenos en contacto con estos profesionales. Entre los más peligrosos destacan algunos metales como el cromo y el níquel, presentes en pinturas y barnices, así como en trabajos que implican soldadura y oxicorte de acero inoxidable. Por otra parte, además de ser potencialmente cancerígenas, las partículas que expulsan los motores diesel también son culpables de provocar que el polen, que es 27 veces más potente que hace 20 años, afecte más a la población y, en particular a los mecánicos que trabajan con este tipo de vehículos. Y es que, a pesar de que la cantidad de polen que se encuentra en las ciudades es menor, su efecto se ha visto multiplicado.

Otras enfermedades
Los profesionales de este sector se ven afectados cada día por el ataque de agentes contaminantes químicos (gases, vapores sólidos como el polvo y el humo de origen térmico, o líquidos), físicos (ruidos, vibraciones, cambios térmicos o radiaciones electromagnéticas) y biológicos que pueden afectar gravemente a su salud. Aparte del peligro de contraer cáncer, otras enfermedades causadas por estos riesgos higiénicos y por los ergonómicos (posturas forzadas, movimientos repentinos, etc.) ocasionan a los trabajadores, entre otras, hipoacusia o sordera profesional debida a los ruidos en el local, y afecciones vasculares y osteoarticulares como la epicondilitis y epitrocleitis (codo y antebrazo), o síndrome del túnel carpiano. Otras dolencias son de origen alérgico, de la piel y otras de orígenes diversos producidos por sustancias como los metales (el plomo de las baterías, por ejemplo), óxidos, disolventes, aditivos y en los adhesivos y pinturas.

Riesgos en el trabajo por exposición a emisiones perjudiciales
 Inhalación de gases o vapores tóxicos                                                                                                                               
Espacio
Condiciones
Prevención
Los fosos 
En ellos se acumulan gases de combustión más densos que el aire.
Se recomienda conectar un dispositivo de captación de los gases de escape, así como mantener el taller bien ventilado. También es preferible no mantener los vehículos en marcha innecesariamente durante un tiempo prolongado.
El banco de potencia
En el banco se generan gases y humos de combustión.
El medidor de gases
En torno al medidor se concentra la emisión de monóxido de carbono de los automóviles que están en marcha.
Utilizar una mascarilla para evitar la inhalación de humos y gases perjudiciales. En el caso de la soldadura, es especialmente recomendable si se manipulan resinas fundentes en el proceso.
Las operaciones de soldadura
Los materiales con imprimaciones tóxicas (galvanizados, antioxidantes de minio, cromato de plomo, etc.) pueden llegar a los pulmones.
Carga de baterías
El área de trabajo en el que se cargan baterías se enriquece con hidrógeno y oxígeno que se desprende mientras tiene lugar el proceso.
Proceder a la carga de baterías en zonas ventiladas e independientes del taller.
Circuito de aire acondicionado
Los escapes de gas refrigerante en un lugar cerrado se descomponen en vapores nocivos por acción de una llama.
Se recomienda conectar un dispositivo de captación de los gases de escape, así como mantener el taller bien ventilado.
  Aspiración de polvo                                                                                                                                                              
Frenos y embragues
Sustitución de estos componentes por el desgaste de los ferodos.
Utilizar una mascarilla antipolvo como medida preventiva complementaria.
Boquillas soplantes de aire comprimido
Lavado y limpieza de piezas que puedan levantar moléculas de polvo.
No soplar con aire comprimido las piezas mientras se lleva a cabo su lavado y limpieza.
Materiales aislantes del automóvil
Manipulación de materiales aislantes incluidos en el vehículo que sean susceptibles de expulsar partículas.
Utilizar un aspirador para evitar la dispersión de partículas de polvo por la atmósfera del local.
   Contacto con sustancias nocivas                                                                                                                                      
Fluidos refrigerantes
Contacto con líquidos como taladrinas o glicoles.
Utiliza guantes en todas las tareas que sea posible.
Aceites y grasas
Tocar estos lubricantes mientras se lleva a cabo una reparación.
Usar cremas protectoras para evitar que penetre de grasa.
Detergentes
Manipulación de detergentes en el lavado de piezas o del vehículo.
Evita el uso de disolventes para el lavado de manos.
Combustibles
Manipulación y almacenaje de gasóleo o gasolina.
Tener en cuenta los datos de seguridad de los productos químicos utilizados.
Batería
Salpicaduras de ácido derivadas del mal estado de la batería.
Echar el ácido sobre el agua y nunca al revés mientras se manipula ácido sulfúrico.
Circuito de aire acondicionado
Congelación de la piel por exposición al gas refrigerante.
Utiliza guantes en todas las tareas que sea posible.
   Exposición a ruidos                                                                                                                                                              
Aislamiento precario
Falta de aislamiento del origen del ruido o mantenimiento preventivo deficiente de la maquinaria.
Utilizar protección auditiva si el nivel de ruido es elevado.
Motores encendidos
Mantener el motor del auto innecesariamente en marcha.
Parar los motores si no es necesario que estén en marcha.
Circuitos de aire comprimido, etc.
Compresores, herramientas neumáticas y demás equipamiento ruidoso.
Advertir al responsable de cualquier anomalía en máquinas o herramientas neumáticas. No quitar las carcasas protectoras de las herramientas eléctricas portátiles.
Ventiladores y extractores.
Máquinas que se suman a los sonidos del taller.
Utilizar protección auditiva si el nivel de ruido es elevado.

Foto: Conepa.