Divergent Microfactories es una empresa que planea utilizar la
tecnología de impresión 3D para capacitar a las pequeñas empresas, con pequeños
presupuestos, para construir automóviles. De este modo quiere cambiar el mundo
de la producción automovilística. Para ello, ha llevado a cabo este particular
proyecto, el Blade 3D, un deportivo de dos plazas en tándem con un chasis
impreso en 3D realizado a partir de aluminio en polvo. El vehículo tiene 700 CV
y pesa menos de 650 kg.
Aunque sorprende su ligereza, hasta un 90% superior a la convencional,
asombra aún más su inusual método de construcción. Este es el primer ‘supercar’
con chasis fabricado en impresora 3D con una estructura compuesta por lo que la
compañía denomina ‘nodos’, complejas estructuras de aluminio a partir de
aluminio en polvo, unidas a tubos de carbono que le proporcionan solidez y
rigidez. Aparte, cuenta con motor de 4 cilindros sobrealimentado que ofrece
aceleraciones de 0 a 96 km/h en dos segundos.
Grandes empresas como Lotus o Aston Martin utilizan una técnica de
construcción similar, que les permite fabricar modelos de diferentes tamaños,
variando la longitud de los tubos de conexión entre las uniones. No obstante,
Kevin Czinger, fundador y CEO de Divergent Microfactories, señala que estas
compañías usan piezas fundidas de aluminio en vez de juntas impresas en 3D.
Kevin Czinger explica en su web corporativa, divergent3d.com, que su
tecnología de impresión 3D está llamada a revolucionar el mundo del automóvil. Con
su sistema, su automóvil es más barato y limpio de producir que los coches convencionales,
y sus creadores afirman que la inversión necesaria para hacerlo es también 50
veces menor. Se necesita, para toda la producción, su impresora de 50 millones
de dólares. Eso implica un gran ahorro en costes. Según Czinger, con esta
tecnología es muy fácil montar una micro-fábrica en cualquier lugar del mundo
para producir coches a muy bajo coste.
Foto: Divergent Microfactories.