La cuarta generación del Audi A8 es el primer automóvil del mundo en
ofrecer el asistente Audi AI traffic jam pilot, el escáner láser que permite
una conducción pilotada de nivel 3. Esto quiere decir que el vehículo puede
tomar el control de la conducción en determinadas situaciones, haciéndose cargo
del acelerador, la dirección y de la frenada. Para ello, el vehículo calcula
una imagen muy precisa del entorno mediante la fusión de todos los datos recogidos
por los diferentes sensores en el nuevo controlador central de asistencia al
conductor zFAS. Se utilizan hasta doce sensores de ultrasonidos, cuatro cámaras
de visión periférica 360 grados, una cámara de vídeo 3D adicional en el borde
superior del parabrisas, cuatro radares de medio alcance en las esquinas del
vehículo, un radar de largo alcance y una cámara infrarroja en la parte
frontal, y el nuevo escáner láser.
El sistema de radar convencional ya se encarga de escanear lo que
sucede por delante del coche, mientras que la cámara de vídeo 3D reconoce las
marcas de la carretera, peatones y otros vehículos. Los sensores de
ultrasonidos y el resto de cámaras supervisan el área completa alrededor del
automóvil. Lo verdaderamente importante aquí es que los diferentes sensores
puedan validar los datos mediante una comparación recíproca, es decir, sus
características específicas en términos de alcance y velocidad de registro
deben ser complementarias. Y en este sentido el escáner láser supone un
importante avance al mejorar no sólo la redundancia, también el reconocimiento
detallado de objetos tanto estáticos como dinámicos, sean o no metálicos.
Frente a los 250 metros de alcance del radar de larga distancia, los
100 metros que puede cubrir el nuevo escáner láser pueden parecer pocos. Sin
embargo, este nuevo sensor es capaz de multiplicar por cuatro el campo de
visión que abarca el radar de larga distancia, cubriendo un ángulo de hasta 145
grados. El vehículo cuenta por tanto con una percepción más completa de su
entorno, y es capaz de medir las distancias con más precisión y de manera aún
más fiable. Puede, por ejemplo, interpretar el comportamiento de otros usuarios
de la carretera (peatones y otros vehículos), como su entrada o salida en el
flujo del tráfico, mucho antes de lo que era posible hasta el momento.
Instalado en el paragolpes delantero, bajo la parrilla Singleframe, el escáner láser tiene el
tamaño aproximado de un puño, cuenta en su interior con un espejo rotatorio y
pesa alrededor de 500 gramos. El escáner emite pulsos de luz en planos
verticales que duran apenas cuatro nanosegundos. El espejo se encarga de
distribuirlos y enviarlos a una distancia superior a los 80 metros, en un
ángulo de más de 70 grados a izquierda y derecha del eje longitudinal del
vehículo. Las longitudes de onda de los destellos están en el infrarrojo
cercano, lo que los hace invisibles e inocuos para el ojo humano. Estos pulsos
de luz se reflejan y rebotan en los objetos que están por delante del coche,
regresando al escáner láser en apenas 0,7 microsegundos, donde son detectados
por fotodiodos que convierten la señal óptica en información digital que
permite elaborar una imagen con un gran detalle. Al igual que el radar de largo
alcance el escáner láser también funciona en la oscuridad, y es el complemento
perfecto también para la cámara frontal cuando ésta llega a su límite, pese a
la ayuda que suponen en este sentido las brillantes luces del Audi A8.
La imagen del entorno creada por el controlador central de asistencia
a la conducción ZFAS en base a los datos recogidos de los distintos sensores
sirve de base para el funcionamiento de todos los sistemas de asistencia del
nuevo Audi A8, tanto el asistente de conducción adaptativo como la nueva
suspensión activa, el sistema de asistencia al aparcamiento o el propio
asistente a la conducción Audi AI traffic jam pilot.
Foto: Audi.
Foto: Audi.