■ Peugeot rememora el 75 aniversario del 402, uno de los modelos que más ha marcado la historia de la automoción
Corría la prominente década de los años 30, época dorada de todo lo
que provenía de Estados Unidos, y las corrientes artísticas no iban a ser menos.
El Streamline Moderne (o estilo
aerodinámico) triunfaba en todo el mundo gracias a su apogeo en 1937. Líneas
Art Decó horizontales largas, curvas, elementos náuticos como barandas y
ventanas de portillo, etc. Todos los fabricantes de automóviles quisieron implantarlo
en Europa, pero el único que verdaderamente lo conseguiría, según los expertos
fue el Peugeot 402, un modelo mítico por lo que significó y por su herencia,
hoy más de moda que nunca.
Este año cumple el 75 aniversario desde que se dejó de fabricar en
1942. Y el fin de su producción no vino por el descenso de ventas o porque no
gustase estéticamente -todo lo contrario, ya que fue un éxito de la nueva
producción en masa industrial- sino porque los gastos militares de la II Guerra
Mundial acabaron con la versión civil de un modelo único.
El 402 tenía una similitud muy acentuada con los modelos de las marcas
americanas que triunfaban por entonces –perfil redondeado, aletas curvilíneas,
carrocería muy larga con seis ventanas y un parabrisas en dos partes- pero
trajo una peculiaridad adelantaría el futuro diseño de los vehículos producidos
a partir de ese momento: faros integrados en la calandra, tanto delate como
detrás. Un nuevo movimiento artístico en el mundo de la automoción denominado
'Fuseau Sochaux'.
Pero si por algo se recuerda al Peugeot 402 es por su versión
descapotable, el 402 Eclipse. Peugeot fue el primer constructor en producir un
techo de chapa de acero descapotable y escamoteable en el maletero posterior de
un automóvil.
Un adelanto tecnológico que utilizaba un sistema eléctrico para el
abatimiento y que, en un primer momento, no tuvo el éxito esperado, ya que los
expertos de la época preferían aún el sistema manual al considerarlo “más
fiable y ahorrador de energía”. Los años posteriores les llevarían la
contraria, siendo los Coupé Cabrios objeto de deseo por los bon vivant y los
amantes de la deportividad hasta nuestros días.
Además, el Peugeot 402 también fue muy famoso por su versión de
carreras: el 402 Darl’mat. Su nombre lo hereda de Émile Darl’mat, un empresario
amante de la marca del león que poseía una de las concesiones más importantes
de París y que fue el precursor no solo de esta versión ‘racing’ sino también,
de la descapotable.
Es un modelo mítico para los amantes del motor, ya que participó en la
última edición de las 24 Horas de Le Mans antes de la II Guerra Mundial. Aunque
su participación no fue muy destacada –tres fueron los inscritos que llegaron
en 7º, 8º y 10º lugar- siempre quedará en el haber del automovilismo qué
hubiera pasado si la producción de este modelo no hubiese sido interrumpida por
la II Guerra Mundial, ya que los expertos lo vaticinaron como un potencial
ganador de la gran prueba gala.
Foto: Peugeot.
Foto: Peugeot.