■ Atricor pone en marcha un plan de formación continua en aspectos relacionados con la gestión del taller en Córdoba
26 profesionales participan en la primera de las doce
sesiones formativas centradas en temas de gestión empresarial.
Foto: Atricor.
Un total de 26 profesionales
de talleres asociados a la Asociación de Talleres Independientes Cordobeses
(Atricor) han participado en la primera sesión del curso de formación continua
“Gestión del Taller”, impartida por Moisés Bargués, de la empresa SATI Formación.
Bajo el título “El taller, un lugar de resultados”. Esta jornada inicia un
ciclo de doce convocatorias que se irán celebrando a lo largo de los tres
próximos años.
En esta primera sesión se
ha partido de un concepto aparentemente básico, pero que en el sector de la
reparación y el mantenimiento sigue siendo una asignatura pendiente: “Nos
calificamos en general a nosotros mismos como profesionales de la
electromecánica o de la carrocería, pero pocas veces nos sentimos orgullosos
“gestores” de nuestras empresas. Eso se convierte más bien en una consecuencia
de lo primero y es un grave error que cuesta enmendar”, señala Francisco
Lorente, presidente de Atricor y secretario de la Junta Directiva de Conepa.
Con esa base, el
principal objetivo de la jornada formativa fue reivindicar un principio que no
se debe olvidar: “En la oficina también se gana dinero. Tenemos la sensación en
los pequeños talleres que el tiempo que no se dedica a reparar o mantener
vehículos es poco importante, accesorio, casi una carga, y es un gran
error”.
Se habló mucho de planificación: “Hemos de pensar menos en
el día a día y dedicarnos a hablar del futuro: qué queremos para el próximo
año; cuánto aspiramos a ver crecer nuestras ventas de recambios, cuál va a ser
nuestra estrategia para captar nuevos clientes, cómo cambian sus costumbres,
cómo vamos a adaptarnos a sus nuevas necesidades… Intentamos generar una
actitud proactiva; no hay que esperar a que el cliente entre en tus
instalaciones; hay que salir a buscar trabajo. Antes no es ahora; lo que
valía hace unos años ya no sirve”, destacó Lorente, quien finaliza señalizando
otra labor primordial del directivo de un taller: el control puntual de lo
planificado. “Un taller bien llevado es un negocio rentable”, apostilló.