■ Facultades y especificaciones de los líquidos de frenos






El líquido de frenos ha sido durante mucho tiempo el gran olvidado por conductores y algunos talleres, aun siendo un componente tan importante en los vehículos como el combustible o el aceite. Sin embargo, hasta la introducción del ABS (Sistema de frenos antibloqueo), no se convirtió en parte integrante en la homologación del sistema de frenos de los automóviles, no pudiendo ser modificado o sustituido por otro no homologado por el fabricante en cada caso.
La principal tarea del líquido de frenos es la de transmitir la presión de frenado hacia los frenos de cada rueda del vehículo, aparte de la lubricación de los componentes y la protección frente la corrosión. Debido a las altas temperaturas que provocan los procesos de detención de los coches, los líquidos de frenos necesitan un punto de ebullición muy elevado. Si éste es muy bajo, se pueden producir burbujas de vapor que alargan el recorrido del pedal y, en el peor de los casos, llegan a producir un fallo en el sistema de frenado. Además, este fluido debe mantener una viscosidad constante y baja en un amplio rango de temperaturas, de forma que los sistemas fundamentales de seguridad como ABS y ESP respondan de forma fiable y rápida.

Base de glicol
Los líquidos de freno con base de glicol superan los requisitos anteriormente dichos, pero son muy higroscópicos, lo que implica que extraen la humedad del aire circundante. Esto reduce el punto su ebullición y disminuye la protección a la oxidación y las propiedades de lubricación. Además, un aumento en contenido de agua puede afectar a la viscosidad del líquido de frenos, perjudicando el funcionamiento de los sistemas electrónicos de seguridad. Los líquidos de freno en base glicol deben por lo tanto comprobarse de forma regular y ser sustituidos en caso necesario. El cambio del líquido de frenos debe realizar en intervalos de uno ó dos años según lo prescrito por el fabricante del vehículo.  Esto se puede alargar en algunos casos cuando los fabricantes lo estipulan gracias a la reducción del proceso del envejecimiento del líquido de frenos en ciertos vehículos.

Base de silicona
Los líquidos de frenos basados en silicona no son higroscópicos y, por tanto, no se mezclan con el agua, ya que puede asentarse en los puntos más bajos del sistema y causar problemas de corrosión localizada. Además, la mezcla de estos dos elementos reduce su punto de ebullición, por lo que los fabricantes suministran, en sus características técnicas, los datos relativos a su comportamiento en estado seco y húmedo.
En definitiva, se puede utilizar uno u otro liquido de frenos, pero nunca mezclarlos. Eso  implica que se deberá limpiar concienzudamente el sistema con abundante agua antes de proceder al cambio por otro líquido de frenos con diferente base.

Viscosidad
La mayoría de los fabricantes llenan sus sistemas de frenado con líquidos de baja viscosidad DOT 4, Clase 6 (ISO 4925). La abreviatura DOT proviene de la entidad estadounidense de transporte (Department Of Transportation), el equivalente del Ministerio de Fomento español. Esta institución ha regulado y documentado la norma que clasifica estos fluidos a partir de su punto de ebullición en seco y en húmedo, diferenciándolos en productos nuevos (sin contenido de agua) y usados (con humedad añadida). Los usados se traducen en las normas DOT 3, DOT 4, DOT 4 plus, DOT 5 y DOT 5.1. Estas dos últimas, están basadas en silicona, mientras que los demás tipos de líquidos, en glicol.
En el punto de ebullición influye la cantidad de agua añadida al líquido de frenos. Cuanta más agua, más se reduce la temperatura de hervor. Además, también se usan distintos tipos de fluidos dependiendo de los materiales con los que están fabricados los componentes de los frenos. Por ejemplo: las juntas tóricas y las membranas.

Conservación
Los talleres deben tener en cuenta que un bote de líquido de frenos abierto no puede guardarse indefinidamente como si fuese un envase cerrado y sin estrenar porque, con el tiempo, recoge humedad.  Además, como una solución usada no puede reutilizarse, debe ser desechada siguiendo las normativas e instrucciones vigentes, y nunca mezclarla con aceites u otros residuos. Para finalizar, no se debe olvidar su peligrosidad para la salud (no ingerir, evitar contacto con la piel, lo ojos y/o mucosas).

FOTO: ATE.
GRÁFICA: Motormática.