La compañía proveedora
de componentes Continental ha estrenado el primer turbocompresor del mundo con
carcasa de turbina en aluminio y refrigerado por agua. El nuevo Mini Hatch es
el primer vehículo que incluye esta tecnología asociada al reciente motor de
tres cilindros de la marca, el 1.5 de gasolina, que también será utilizado por
otros modelos del grupo BMW.
Para Wolfgang Breuer,
jefe de la Unidad de Negocio de Sistemas de motor de la División Powertrain de
Continental, usando aluminio se ahorra casi el 30% de peso en comparación con
un turbocompresor convencional, al tiempo que se reducen costes y se logran
mayores beneficios del sistema, incluida su capacidad de refrigeración. La
carcasa de doble pared de aluminio rodea la zona más caliente con una camisa
del cilindro de agua de refrigeración. El refrigerante que fluye a través de
ella asegura que la superficie de la carcasa externa no se caliente a más de
120°C y la temperatura interna no exceda de 350°C.
En consonancia con el
principio modular propuesto por BMW, el turbocompresor está estrechamente
integrado en el motor, al ser un componente fijo del colector de escape. Aun
así, los turbocompresores con carcasa de acero también se pueden conectar a la
misma base del motor utilizando la interfaz en la cabeza del cilindro. La firma
está usando esta opción para motores de alto rendimiento, así como en vehículos
que se exportan a países cálidos.