■ El escándalo Volkswagen se extiende también a las emisiones de CO2



La compañía presentará a las autoridades soluciones técnicas contra las emisiones manipuladas.


El reciente escándalo surgido el pasado mes de septiembre a raíz de la denuncia de la Agencia de Medio Ambiente de Estados Unidos (EPA) contra la compañía alemana Volkswagen AG, acusándola de incluir, en sus vehículos diésel de cuatro cilindros y motor EA 189, un software que permitía eludir sus normas de emisiones de ciertos contaminantes del aire, ha puesto en el punto de mira a la firma alemana y ha desatado una crisis en el sector del automóvil. El grupo se enfrenta ahora a una sanción multimillonaria y a la revisión de millones de vehículos, además de a la obligación de presentar ante las autoridades, en las próximas semanas, soluciones técnicas para los modelos acusados de estar manipulados.
Con todo, su situación no hace más que complicarse tras hallar pruebas, en el marco de las investigaciones, de que también algunos modelos presentan datos irregulares de emisiones de CO2. El grupo cree que este caso puede afectar a 800.000 vehículos más, 50.000 de ellos en España, principalmente de motores diésel, aunque se incluye por primera vez un motor de gasolina en su versión 1.4 TSI. Solo en España hay más de 680.000 vehículos equipados con motores EA 189 EU 5 y 50.000. 
No obstante, asociado a este nuevo hallazgo, la EPA asegura que el problema de las emisiones se extiende a una serie de modelos de lujo de Audi, e incluso a Porsche, aunque Volkswagen discute estas afirmaciones, pero Porsche Estados Unidos ha decidido voluntariamente dejar de vender unidades del modelo Cayenne TDI fabricadas entre 2014 y 2016. 
En concreto, el grupo alemán anunció en un comunicado que se encuentra trabajando ya en medidas de software y hardware "para cada serie y año de fabricación afectados", tras la supuesta instalación de instrucciones informáticas que falseaban los límites de las emisiones en sus vehículos. Así consta en la notificación de violación de la Ley de Aire Limpio de la agencia, donde se afirma que, según una serie de pruebas realizadas a estos coches en colaboración con otra institución medioambiental de California (CARB), los autos analizados emiten hasta 40 veces más contaminación de lo permitido. Según la acusación,  esto se debía a un programa que permitía al vehículo reconocer que estaba pasando una prueba y trucar así las emisiones de óxidos de nitrógeno, cambiando el régimen de funcionamiento del motor.
Los estándares de la EPA controlan los niveles de emisión admisibles de óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos, monóxido de carbono, dióxido de carbono, material en partículas y ciertos productos químicos tóxicos. Sin embargo, el dispositivo manipulador de la firma afecta a la forma en que el sistema de control de estos gases funciona, lo que provoca un aumento de estas emisiones de estos vehículos afectados, que finalmente emiten una gran variedad de contaminantes.



Procesos judiciales 
Los costes del escándalo por la manipulación de las emisiones de gases contaminantes en los vehículos diésel de dicho grupo automovilístico no han dejado de dispararse desde que salió el caso a la luz pública. Asimismo, los países afectados por la venta de estos automóviles: España, Italia, Alemania, Francia y EEUU, ya han iniciado distintos procedimientos judiciales contra la compañía, sin olvidar que las plataformas de afectados por Volkswagen que buscan las vías de reclamación se multiplican.
En España, por ejemplo, el juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional, quien investiga el ‘caso Volkswagen’, se encuentra actualmente estudiando las querellas presentadas en nuestro país contra el grupo automovilístico. Para ello, Moreno ya ha citado a la empresa el 10 de noviembre para que se persone en la causa, tal y como establecen la Ley de Enjuiciamiento Criminal cuando se imputa a una persona jurídica. Además, el magistrado a ha ordenado recabar de Volkswagen y del Gobierno toda la información sobre el presunto fraude.



Consecuencias para VW 
Además de la dimisión del hasta entonces presidente del grupo, Martin Winterkorn, días después de saltar el escándalo en EEUU para, como él mismo insistió, “conseguir confianza”, las acciones cayeron casi un 19 %, durante los primeros días, tras la aceptación de la compañía de unas alegaciones que podrían costarle hasta 18.000 millones de dólares. Asimismo, el delito se amplificó aún más con la admisión de que el número de vehículos afectados en todo el mundo ascendía a 11 millones, lo que provocó un mayor castigo bursátil.
Las principales conclusiones que plantean los estudios llevados a cabo por los analistas sobre este caso indican que el conglomerado no podrá mantener las 12 marcas de vehículos que agrupa. Además, destacan las primeras que pueden caer como consecuencia del bautizado como ‘Diésel Gate’: las más lujosas que no tienen unos volúmenes de ventas altos por el segmento en el que se encuentran y que, además, tampoco gozan de una alta rentabilidad (véase el ejemplo de la británica Bentley, Lamborghini o Bugatti), y las no rentables, como Seat.
No obstante, ante este futuro incierto, para calmar los temores generados en el sector, el nuevo presidente de Volkswagen, Matthias Mueller, afirmó recientemente que “paralizarían o retrasarían sólo las inversiones no esenciales para el futuro de la compañía” para recortar costes de cara a hacer frente a las demandas, multas y reparaciones de los 11 millones de vehículos afectados en todo el mundo por esta manipulación. Aunque otras fuentes también señalan que se estudia reducir hasta en un 80 % las primas a sus empleados. Y es que el escándalo puede costar a la enseña entre 30.000 y 50.000 millones de euros, según las cuentas de expertos en el sector, como es el Centro de Gestión del Automóvil, en la Universidad de Ciencias Aplicadas de Bergisch Gladbach (Alemania). Eso sin contar las cuantías que se tendrán que destinar para solventar el nuevo problema surgido a raíz de los resultados con el CO2, que ya se cifran en unos 2.000 millones de euros de "riesgo económico". Y es que, tras conocerse las nuevas proporciones de la crisis, el Grupo soporta otra vez fuertes caídas en bolsa de hasta el 8,4 %.
Por otra parte, podrían tener que devolver las ayudas del Plan PIVE. Si se demuestra que esos vehículos no se ajustaban a los límites contemplados por el Plan en sus distintas ediciones, el Gobierno podría exigir la devolución de las ayudas dadas por la Administración.


Modelos afectados 
Los coches y motores perjudicados por el fraude de NOx incluyen 10 motorizaciones 1.6 TDI y 2.0 TDI y 33 modelos de Audi, Seat, Volkswagen y Skoda, así como el tricilíndrico 1.2. En España hay un total de 683.626 vehículos equipados con motores EA 189 EU 5.
Seat ha reconocido la venta de aproximadamente 700.000 coches equipados con el motor EA 189. Además, admite que se investiga actualmente cuáles de esos modelos tienen el software trucado instalado. Por su parte, Skoda ha cifrado en 1,2 millones los vehículos afectados, mientras que Audi señala en 2,1 millones el número de coches damnificados, aunque no se ha concretado aún, exactamente, qué modelos podrían estar perjudicados. No obstante, la EPA asegura que el problema de las emisiones se extiende a una serie de modelos de lujo de Audi, e incluso de Porsche. Volkswagen discute estas afirmaciones, pero Porsche Estados Unidos ha decidido voluntariamente dejar de vender unidades del modelo Cayenne TDI fabricadas entre 2014 y 2016.
Modelos de Seat: Alhambra, Exeo, Ibiza, León, Toledo, Altea y Altea XL.
Modelos de Audi: A1, A3, A4, A5, A6, Q3, TT, Q7 Quattro, A8, A8 L y Q5.
Modelos de Volkswagen: Golf, Polo, Touran, Passat, Passat CC, Scirocco, Tiguan, Jetta, Jetta Sportwagen, Multivan, Sharan, Amarok, Beetle, Beetle Convertible, Touareg.
Modelos de Skoda: Fabia, Octavia, Superb, Rapid, Rapid Spaceback, Yeti, Scout, Roomster.
Modelos de Porsche: Cayenne.


En cuanto al escándalo relativo a las emisiones de CO2, al cierre de esta edición no hay cifras exactas de la cantidad de unidades afectadas, aunque en España se estima que son unas 50.000. Lo que ha confirmado el grupo alemán es que se trata de vehículos con motores de 1,2, 1,6 y 2,0 litros cuyos grupos electrógenos proceden de la matriz de VW en Wolfsburgo:
Modelos de Seat: León e Ibiza con motores diésel.
Modelos de Volkswagen: Polo con motores diésel, Golf y Passat.
Modelos de Audi: A1 y A3.
Modelos de Skoda: Octavia.



Campaña de aviso a los propietarios afectados 
La firma automovilística envía, desde el 2 de noviembre, la primera comunicación directa a los propietarios de los vehículos afectados, que atañe a 28 mercados en Europa e incluye 2,4 millones de coches en Alemania. Los clientes recibirán un correo electrónico en el que se les confirma si su coche incluye el software que permite la manipulación de las emisiones de gases contaminantes para pasar los controles medioambientales. Asimismo, el grupo alemán reitera la seguridad y el estado apto para la conducción de dichos autos, pide disculpas y asegura que la compañía se hace cargo de todos los costes de los arreglos necesarios. "Estamos buscando una solución técnica y les informaremos de los pasos a seguir tan pronto como sea posible", afirma Volkswagen en su correo.
No obstante, Müller, avanzó hace semanas que las reparaciones no comenzarían hasta enero de 2016. El responsable afirmó que el arreglo de los casi 11 millones de vehículos se dilataría al menos durante todo ese año. Solo en Europa, la empresa tiene que revisar en talleres a 8,5 millones de coches.
Respecto a la llamada a revisión que se realiza fuera de la Unión Europea, cada país especificará qué vehículos están afectados. Volkswagen contactará con los propietarios y les informará directamente. Asimismo, los clientes pueden visitar la página web www.volkswagen.de/info creada el 2 de octubre e introducir el número de bastidor de su vehículo para saber si está afectado.

Foto: Volkswagen.