■ El automóvil en el punto de mira de la consejera de Obras Públicas de Canarias


Fredica considera las opiniones de la consejera contra el automóvil una  desviación de la atención por los problemas internos en el gobierno de Canarias

El Presidente de la Federación de Importadores y Concesionarios de Automóviles, Rafael Pombriego, considera lamentables las declaraciones realizadas por la Consejera de Obras Públicas del Gobierno de Canarias realizadas este fin de semana contra el automóvil.
El Presidente de la Federación de Empresarios considera que, como ocurre tantas veces, los políticos en problemas buscan un enemigo exterior para desviar la atención sobre sus propias incapacidades. En este caso, señala el Presidente de Fredica, le ha tocado al automóvil.
La Consejera Onelia Chacón declaró que había que decir “basta a la concepción de más coches, más carreteras, en Canarias, porque, de no ser así, nos quedaremos sin islas”.  Para el presidente de los importadores es curioso que los políticos hablen siempre de “coches” y omitan que detrás de esos “coches” hay automovilistas, miles de automovilistas, que significan el 70% de la movilidad en Canarias y que son igualmente ciudadanos con todos los derechos.
Por otra parte, señala Pombriego, “estos políticos parecen que no tienen en cuenta que ese coche del que de manera despreciativa habla la consejera, da empleo a miles de personas en el archipiélago, desde el que lo vende, lo repara, lo asegura, gestiona la matriculación, le pone gasolina, le pasa la ITV, lo vende de segunda mano, vende repuestos, lo traslada en grúa, los descarga en nuestros puertos, lo matricula…, por no decir todo el trabajo indirecto que genera esta maquinita que suele ser el chivo expiatorio de libro de nuestros políticos”.
Para Pombriego, las declaraciones de la Consejera no son sino el resultado de su nerviosismo por la crisis del gobierno generada a raíz de sus declaraciones contradiciendo al Presidente del ejecutivo canario con relación a los desequilibrios inversores en las dos islas mayores.
Rafael Pombriego señala que atacar al automóvil no es sino una fórmula populista y fácil de desviar la atención con un tema que los políticos creen que se vende entre la opinión pública utilizando el ya manido argumento del medio ambiente. Pero estos políticos suelen olvidar que esos miles de coches están conducidos por miles de ciudadanos que también votan.