Sus comienzos no fueron precisamente fáciles. Inaugurado en noviembre de
1886, el primer taller Bosch pasó de 2 a 15 empleados en 1891. Ese mismo año, las
reservas de capital estaban prácticamente agotadas y Bosch tuvo que pedir a su
madre que garantizara personalmente los préstamos bancarios a los que tuvo que
recurrir y que le llevarían al borde de la bancarrota en 1892. Mucho ha pasado
desde entonces. Hoy, Bosch emplea alrededor de 375.000 trabajadores en todo el
mundo y genera unas ventas anuales de 70.600 millones de euros. El antiguo
Taller de Mecánica de Precisión e Ingeniería Eléctrica se ha convertido en una
de las diez mayores empresas de Alemania y opera en más de 150 países. Una
auténtica historia de éxito.
Inspiración de los EE.UU. Incluso en sus años más jóvenes, estar abierto a nuevos desarrollos y a
entrar en nuevos mercados eran aspectos importantes para Bosch como empresario.
A la edad de 23 años, se aventuró a cruzar el Atlántico, viajando a los EE.UU.
para trabajar con Edison y ampliar así sus conocimientos sobre ingeniería
eléctrica que, por aquellos años, estaba más desarrollada en Estados Unidos que
en Europa. Bosch contaba con poder utilizar sus nuevos conocimientos para
establecer un prometedor negocio a su regreso a Alemania.
Sin miedo al fracaso Deseoso de entrar en acción, el joven Robert Bosch regresó a Alemania en
1886 y estableció en Stuttgart su Taller de Mecánica de Precisión e Ingeniería
Eléctrica el 15 de noviembre de 1886. Sin embargo, la euforia inicial fue
seguida por una tremenda frustración. La lenta expansión delsuministro eléctrico en Stuttgart hizo que el
negocio de ingeniería eléctrica tardara tiempo en despegar. Bosch se encontraba
al borde de la insolvencia. Con algunos pedidos de pequeños clientes fue capaz
de mantener viva su empresa. Incluso con la red eléctrica pública en
funcionamiento, el éxito que esperaba no llegaba a materializarse. Los clientes
se encontraban menos receptivos a las innovaciones de ingeniería eléctrica de
lo que Bosch esperaba. Pero Robert Bosch no perdería la paciencia. Impulsado
por su optimismo, su incesante actividad y la fe absoluta en sí mismo y en sus empleados,
siguió buscando nuevas oportunidades de negocio.
Una chispa de ingenio 1897 bien puede ser el año más importante en la historia de la compañía.
Ese año marcó el comienzo del ascenso de Bosch a la categoría de suministrador
global. Desde 1887, la compañía había estado fabricando dispositivos de encendido
para motores estacionarios para generar energía eléctrica en edificios. En
1896, había construido en total unos 1.000 dispositivos de este tipo. Pero su
negocio permanecía estancado. Un año más tarde, esto iba a cambiar. Un cliente le
pidió que desarrollara un dispositivo de encendido que pudiera ser utilizado en
un motor de gasolina - un dispositivo de encendido que no había existido hasta
entonces. ¿Imposible? Bosch pidió a su director de fábrica, Arnold Zähringer, que
mejorara y refinara los dispositivos de encendido existentes. Era un riesgo
enorme, pero para Bosch significaba el paso decisivo que debía dar para
convertirse en un industrial. Y así sería, porque el encendido por magneto
resultó ser el único sistema fiable para los automóviles. Con el automóvil
disfrutando de un éxito sin precedentes después de 1900, Bosch también se convertiría
en una compañía global. En los primeros cinco años, Bosch vendió 50.000 aparatos
de encendido. En 1912 ya había vendido 2 millones. "La gente puede decir que no soy un inventor: de hecho, no pretendo
serlo. Lo que soy es un hombre que ha logrado, a través del ejemplo y del buen
trato a mis empleados, construir una empresa que goza de una buena reputación
en todo el mundo. Debo mi éxito, en gran parte, a mi tenaz minuciosidad que ha evitado
que nada de mala calidad saliera de mi taller”. Robert Bosch.
100 empleados como máximo El enorme éxito de la magneto de encendido fue algo que incluso Robert
Bosch no se esperaba. Cuando tomó la decisión en 1900 de construir su propia
fábrica, pensó en contratar a alrededor de 200 trabajadores. En ese momento,
empleaba a 30 personas y estaba considerando alquilar parte del nuevo edificio.
Él asumió que su compañía no iba a crecer más allá de 100 empleados. Se
equivocó: apenas ocho años más tarde, Bosch empleó a más de 1.000 trabajadores.
La pronta internacionalización abre oportunidades de mercado Como emprendedor vigilante y con visión de futuro, Robert Bosch consideró
el éxito de su magneto de encendido con cierto escepticismo. Consciente de que
su empresa dependía de un solo producto, abrió nuevos mercados en todo el
mundo. A partir de 1908, los sistemas de encendido Bosch estaban disponibles en
todos los continentes. Esto ayudó a la empresa a crecer y allanó el camino para
que Bosch se convirtiera en un nombre internacional. Bosch logró estabilidad a
largo plazo mediante productos adicionales para el automóvil, así como
herramientas eléctricas, electrodomésticos y tecnología industrial.
Los campos de actividad cambian, la responsabilidad permanece Esta capacidad de adaptación para garantizar la supervivencia de la empresa
al entrar en campos completamente nuevos, pero también saber retirarse a tiempo
de los negocios deficitarios, es uno de los denominadores comunes clave que se
puede observar a lo largo de la historia de la empresa. Una característica
clave de Robert Bosch y sus sucesores ha sido siempre su sentido de la
responsabilidad hacia los empleados, y no sólo la búsqueda del beneficio por sí
mismo. En los negocios se necesita una firme voluntad para cambiar el rumbo frente
a las condiciones económicas volátiles y, así, mantener una empresa y su fuerza
de trabajo. Robert Bosch se hacía la siguiente reflexión: "Si mi magneto
de encendido hubiera sido sólo un éxito efímero, ¿cómo habría empleado entonces
a mi personal?"